Cartas a una amiga

Amiga:
Hoy pareció que el cielo lloraba, si esto era así ¿Qué dolor sentía para hacerlo? Sentí esas gotas caer y chocar contra la tierra, entonces ya no lloraba, era su canción en cascada. Amiga, quisiera mucho estar ahí contigo, y ser también tu hermana. Algún día, lo haré. Y si lloramos, lo haremos, pero ambas lloraremos hasta cambiar el llanto en canción. Porque si hay razón para ser feliz. La razón es cuando tu sientes el toque de amor, de Jesús... Entonces no llores, siente Su Mano por tu rostro mientras te dice: "Tu llanto se torna en gozo y tus lamentos en Canción. Mi sangre que derramé, te limpia hoy". (Mayo, 2005).

Amiga:
Anoche soñé que yo era un pájaro, pero no se qué tipo de ave; el caso es que sentía que volaba, cruzaba los cielos, y veía allá abajo, el bosque como una alfombra espesa y verde. El río que se deslizaba sin ruido, el sol que alumbraba resaltando los vivos colores, el océano tan ancho y profundo, pero no me daban temor.
¡Si! yo volaba y volaba... no me preguntes qué pasó; el aire frío, la luna en lo alto, metida en una cama, encerrada en una habitación... me puse de pie, y sentí el helado suelo, aunque tambalee, poco a poco me enderecé... Pero sucedió algo maravilloso: ¿Estaba viva? ¡Si lo estaba! ¡No fue un sueño! ¡Que felicidad saber que vivo! (Mayo, 2005).

Amiga:
Cuando mencionamos el nombre de alguien muy querido, nuestro corazón palpita y en el rostro se dibuja una sonrisa casi infantil. Aun así, reconocemos que somos felices al saber que esa persona significa mucho para uno. Tal persona puede ser tu amigo, tu amiga, alguien de tus padres, o de tus familiares, no importa como sea o quien sea, es especial. Y lo es porque en algún momento hizo algo por ti sin que tu se lo pidieras, lo para hacer saber que tu eres también importante para él o ella. Jesús hizo lo mismo por nosotras. Espero que tu corazón palpite de alegría así como lo hace el mío cuando yo menciono su nombre JESUS. (Junio, 2005)

Amiga:
Pasaron más de cuatro días y no dejaba de llover. ¿Puedes imaginar la neblina, el cielo negro y la lluvia que no para? A la larga, esto se torna "aburrido". Así es como llegué a pensar, pero decidí que no era bueno creerlo así. No es nada nuevo lo que te voy a decir: "Después de cada tormenta, sale el sol". ¿Has visto cuando el sol brilla avanzando lentamente entre las nubes hasta dejarse ver? Todo revive. Más creo que esto será algo nuevo para tí: te pido que en este momento de nubosidades en tu corazón, dejes de llorar... Inténtalo, y permite que el Sol de Justicia brille enteramente en tu corazón. Siempre que lo hagas, descubrirás cosas nuevas... Te admirarás de ello. (Junio, 2005)

(Es para mi amiga M.D. Hasta la fecha no hemos podido vernos ni escribirnos. M.D. Yo se que estás por ahí, y quise escribir esto para tí, donde te encuentres, también estoy en mis pensamientos contigo. No estás sola)