18-Jan-2009 19:29
Hoy es un día en el cual quise recordar algo de lo que muchas veces me diste: tu dulce acogimiento en tu morada. Recuerdo muy bien tus muebles pequeños pero acogedores, tus cojines tejidos con cuadros de colores, en una habitación en donde siempre estaba la luz encendida por la lamina blanca que dejaba pasar los gratos rayos del sol, recuerdo el gran horno donde tu madre cocina el pan muy rico por cierto, y la cocina que es un lugar especial donde el agua fria del fregadero hacia que los dedos se congelaran, el corredor entre la cocina y la salida de tu casa habia una mata de platano donde nos sentabamos a platicar y disfrutar del momento.
Recuerdo tranquilidad y serenidad de tu padre, nunca lo ví enojado sino siempre agradable y dulce para platicar. ¡Qué momentos, qué tiempos que no volveran! Sólo quedaron en mi recuerdo y el dia que me muera se perderan en el horizonte, [...]
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Querida Saira,
Espero que esos recuerdos permanezcan vivos siempre en tí. Cada vez que leo este breve mensaje que me mandaste me haces reiniciar un viaje a mi pasado que también lo extraño muchísimo. Tantos recuerdos que ahora solo quedan como historias urbanas donde la gente que lo vivió son amigos que pese a todo, seguimos unidos. Te diré que no hay fin de semana en el que me veo como una niña otra vez y estoy sentada en la panadería, platicando con mi madre mientras le ayudo a poner aceite en las casolejas, o estamos haciendo granola. Sin olvidar que cada domingo el desayuno consistía en pan caliente con leche fresca de soya que mi madre hacía. Especialmente ahora, cada sábado imagino que estoy allá en la Miraflores, cuando a pocos pasos me quedaba la iglesia, iba por allá sin apuros, llegaba a la iglesia donde me juntaba con la gente que son mis amigos y hermanos, luego el almuerzo que a veces teníamos invitados en mi casa, además de eso las actividades misioneras... Pienso que estos actos pasados se pueden revivir, me gustaría volverlos a disfrutar aunque sea por un instante.
Claro que recuerdo tus visitas, cuando escribiste una nota en un cuaderno que era de mi mamá, después eso se perdió pero tengo en mi memoria la imagen tuya: una chica con sueños de vida, alegre, muy alegre. Quizás no fuiste mucho a mi casa pero recuerdo que cuando llegaba tu papá siempre le preguntaba por tí.
Y yo qué decir: acaso que no recuerdo también cuando estuve en tu casa... eran tiempos de aquella juventud llena de ensueños con historietas que ahora solo me dan risa. Aún conservo las fotos de tu bautismo, si pido un deseo es que no te rindas y que algún días estés con nosotros en otro hogar mucho más hermoso que el que tenemos aquí. Te quiero mucho Saira, siempre tendrás un rincón en mi corazón. ;-)
