domingo, 30 de agosto de 2009

Cuando nos tomamos el "derecho" de suponer...

Es totalmente verdadero: vivimos en un mundo donde la mayoría de las "realidades" se basan en lo famosa frase "Supongo que..."
Y la razón que nos lleva a conjeturar tales pensamientos se basa en la impresión visual que recibimos de algo o alguien, en la corta información que obtenemos o leemos, y en la propia experiencia que tenemos y vemos que es "similar" a la que el compañero o amigo está pasando.
Bueno... no voy a exponer todo un discurso sobre este verbo y crear un debate acerca del mismo. Eso cabe para otro hilo de presentación. Solamente quería explicar esto a manera de introducción para mi siguiente historia personal.
Un día que no recuerdo exactamente cuando solo se que era el verano chileno, una amiga de la iglesia y yo quedamos en juntarnos en frente del hospital San Juan de Dios en la Quinta Normal, Santiago. Llegué un poco más temprano así que me senté en una de las banquetas que estaban en el área de descanso entremedio de la calle. Para entonces siempre andaba cargando algún libro o cuaderno de apunte con el fin de escribir cualquier cosa que se me ocurriera en el momento. Es más, estaba escribiendo un relato corto acerca de una chica que sufría un accidente y quedaba paralítica y todo el proceso de lucha en la vida por sobrevivir a la realidad. Me senté a esperar a Karen y mientras tanto me puse a releer el famoso cuento. Donde estaba sentada no había mucha sombra, pero sí en el lugar donde estaba una pareja. Apenas vi que se movieron de allí, aproveche sentarme en ese lugar. Para mi sorpresa el señor que posiblemente tendría sus 30 y algo, volvió al lugar y con respeto me preguntó si no habría problema en sentarse allí. Obviamente era "su" asiento, me sentí como una intrusa... Yo seguí leyendo. Quién inició la conversación fue el, y ésta sigue así:
-Buen día, ¿verdad?
-Sí, no está del todo caluroso (Y si, era uno de esos días en que el sol en Santiago no quemaba hasta los sesos).
- ¿Desea un chicle? (estaba sacando una cajita de chicles)
- No, muchas gracias.
- Disculpe si la interrumpo, pero me parece que le gusta leer...
- Si, es cierto, me gusta leer bastante.
- Y se puede saber qué es lo que lee
- Pues estoy leyendo mis propias palabras. (no se por qué me dió verguenza de decirle que era un cuento que yo misma había estado escribiendo)
- ¿Cómo así de las propias palabras? ¿Eres escritora?
Me quedé pensando por unos segundos antes de responderle "sí".
-¿Entonces puedo leer lo que escribes? O léelo .
Le leí solamente una hoja. Al principio se que estaba muy aprenhesiva al platicar con un desconocido, sin embargo no tuve dudas de la persona puesto que su modo de hablar y vestir denotaban su alto grado de educación. Por eso de las respuestas un poco escuetas. Pero lo que me hizo sentar en la realidad de darme cuenta de lo que en realidad soy, fue cuando me trató en segunda persona y me lanzó la pregunta directa de que si era escritora. Lo soy.
-Tu acento no es chileno. ¿De dónde eres?
-Hondureña-Peruana-Chilena
Su cara de sorpresa denotaba la pregunta: ¿Cómo?
Así que le explique la historia que siempre tengo que contar de que mis padres son de distintos países y que la hija fue a nacer en otro país para nada cercano al de ellos. Luego vino la pregunta ¿Y por qué?
En resumen esta pregunta da cabida a relatar la historia de mis padres, de cómo mi papá salió de Perú cuando era joven para emigrar a Honduras, y después que viajó a Chile para casarse con mi mamá, y eso que no cuento en detalles que el plan para ellos era que fueran a vivir a República Dominicana, etc, etc, etc, etc, etc, etc...
Más a veces si cuento una parte de la historia, tengo que contarla entera porque siempre surgen los "por qués".
La conversación estaba bastante interesante, puesto que realmente me agrada contarle a la gente acerca de mis padres y su peregrinaje en la vida. A mucha gente le impacta y le agrada la parte cuando mi padre viajó a casarse con mi madre y conocerla por primera vez después de tener una relación seria sentimental por un espacio de cinco años y solamente comunicándose a través de cartas. Creo que esa es la parte tónica de lo que sería el guión para una película basada en la biografía personal de algún personaje famoso.
La nota final que me hizo casi carcajearme enfrente de él, fue cuando me dijo:
"Por todo lo que me cuentas supongo que tu papá es un tipo medio hippie..."
Para los que conocen a mi papá, me los imagino levantando una ceja y despidiendo la pregunta sorpresiva de "¿Qué?"
¡Exacto! Eso mismo también me pregunté. Tuve que despedirme del caballero ya que era hora que fuera al paradero a esperar a mi amiga. Durante todo ese corto trayecto me fui pensando en lo que sería mi papá al estilo medio hippie. Y ustedes también pueden imaginarselo. No tengan duda que esa noche cuando llegué a la casa, contarle a mi papá como estuvo eso de las compras que teníamos que hacer con Karen, y luego decirle lo que el señor aquél supuso de mi papá... fue una buena fuente para que el mismo hiciera gracia de su propia persona considerándose como "el tio Emiliano es hippie". ¿Acaso fue mi pelo largo o mi falda blanca larga de lino con unas decoraciones de flores bordadas lo que hizo al hombre suponer que mi papá es medio hippie? Lo que sea. Pero ahora me sirve para reirme un rato de aquellas vivencias que tuve en Chile.
Ahora me diran ustedes si es cierto que soy Católica romana... como lo acaban de decir hoy día. No quise entrar en explicaciones pues Ryan y yo teníamos que salir enseguida y prácticamente no me quedaba tiempo para explicar que no lo soy. Pero me agradó el pensamiento que tuvo mi prometido al decirme: "Muchos meses atrás me di cuenta que me iba a casar con la hija de un predicador (A preacher's daughter)."

Me dirán ustedes si es cierto que a veces las suposiciones son un poco peligrosas, especialmente cuando no nos damos el momento a sopesar la realidad a fondo. Pero, como fue en estos casos, sirvió más que nada para traer una gota de humor en la rutina. En el fondo de nuestra fe, nosotros promovemos la paz que solo Jesús puede dar y el amor que solo proviene de Dios. En esas dos acciones se basa la vida de mi padre como predicador.

¡Saludos!

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Escribo en general de todo lo que pueda informar a otros, no me concentro en un tema específico, sin embargo, mi mayor interés es la poesía libre.
Algunos temas que he escrito han surgido a traves del diario encuentro con la realidad, todo lo que se recibe por la radio, TV o periódico, o con las conversaciones diarias que tengo con mis amigos y familia. Expreso mi libre pensamiento así como todos son bienvenidos a dejar sus opiniones. Nótese que aquel comentario que contenga expresiones incultas será eliminado. Soy partidaria de conservar el respeto mutuo sin importar el país, la raza, cultura o religión. Benito Juarez dijo que "El derecho ajeno es la paz".

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Un abrazo fraterno desde el lugar de mi peregrinaje, deseando que la luz del Ser Supremo ilumine siempre tu camino.

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