Cadenas de amistad

Cuando son soldadas con la sinceridad
nunca se rompen, es más:
crean confianza, tranquilidad y seguridad.
El tiempo siempre pasa volando,
y la vida cada vez se hace más corta:
¿qué hacer entonces de la vida?
¿Acaso no es mejor compartirla con otros
antes que ser un ermitaño social?
Puedo construír esta cadena
usando mis manos para ayudar al necesitado
levantarlo, darle un toque de amor y decirle
"Estoy para ayudarte",
tengo mis pies, puedo correr con ellos
yendo a abrazar a mi amigo y decirle
"¡Me alegro mucho verte otra vez!".
Tengo mis ojos: ser ojos para el que no puede ver.
Tengo mis oídos y ser oídos para el que no oye.
Mi boca, con ella expreso palabras y canto
le digo a mi amigo lo que él es para mí,
y mi canción es esta:
La cadena de la amistad
que soldé con la sinceridad.
Amigo, no importó tu raza ni color
me importó tu corazón.
Amigo, no me interesa saber
tu casta social ni intelecto...
me importó saber que eres
una creación de Dios.
Porque somos hermanos,
y vivir aislados no podemos.
Creo en tí, como Dios creyó también mí.
Tu cadena y la mía se unen, invencibles
y se unirán para la eternidad.
Amigo, ¡cuenta siempre conmigo!