Por lo visto mi madre fue una persona jovial a quien le gustaba siempre hacer amistades. Y no importaba quién fuese, aún quedo soprendida por esa genialidad que tenía para ganarse el afecto de todos a quienes he podido conocer.
Cuando vine a Chile, mi propósito principal era conocer a mi familia materna, y lo he logrado, pero solo comparto con algunos de sus miembros. Quiero decir, específicamente, que desde mi niñez apenas si supe como es compartir con un abuelo de sangre, solo a uno conocí. Los demás ya habían muerto. Y hablando de tios y primos, apenas si tenía mi tio Silvestre y sus hijos. En ese entorno, mi familia eran y siguen siendo los amigos que he logrado ganar, algunos conociéndolos por medio de mis padres, otros a través de los mismos amigos. Como quien dice, ampliando el circulo de los amigos.
Cuando vine a Chile, mi propósito principal era conocer a mi familia materna, y lo he logrado, pero solo comparto con algunos de sus miembros. Quiero decir, específicamente, que desde mi niñez apenas si supe como es compartir con un abuelo de sangre, solo a uno conocí. Los demás ya habían muerto. Y hablando de tios y primos, apenas si tenía mi tio Silvestre y sus hijos. En ese entorno, mi familia eran y siguen siendo los amigos que he logrado ganar, algunos conociéndolos por medio de mis padres, otros a través de los mismos amigos. Como quien dice, ampliando el circulo de los amigos.
Han pasado casi dos semanas en las que tuve ese bonito momento para compartir con alguien que conoció a mi mamá. El Tio Guillermo es una persona con caracter de niño. Aun me río cuando lo recuerdo así: el viernes pasado, estaba leyendo en la sala, y mientras que yo me arreglaba para la recepción del sábado, le pregunté si deseaba escuchar música. Así que puse un CD que me regaló Naxo, ex-compañero de la U y amigo también. Tendríamos música para unas 5 horas. Entonces apareció en escena el señor Tchaikovsky con su obra "El lago de los cisnes". Al principio no escuchaba nada de la obra, me pidió que le subiese el volumen (bueno, yo sí escuchaba pero él no). Y me fui para seguir con los arreglos. Claro, que cuando la obra llega a su punto más alto, los instrumentos le hicieron la jugada al tio, el departamento llegó a vibrar, y yo tuve que salir corriendo para bajarle el volumen, y es esto lo que no voy a olvidar, la cara del tio era como la de un niño travieso pero que está asustado por algo que ha hecho y no era debido... Bueno, yo no lo iba a retar, sino que nos largamos a reírnos, y después se me acerca y me dice: "Mijita, es que yo pensé que estaba tan bajo y por eso lo pedí que lo subiera, no creí que iba llegar a estallar como bomba que mire que hasta yo me asusté". ¡Qué más podíamos hacer sino reirnos de las travesuras! (Pobre el vecino que vive en el piso de abajo, habrá pensado que se vino un terremoto). Bueno, el tio siguió escuchando la música, sentí que la disfrutaba tanto o más que yo, cuando salió en escena la obra Sinfonía N° 9 de Beethoven, el tio emocionado tarareaba al rtimo de la música la famosa canción de la Alegría.
El sábado siguiente fue la noche cuando juntos observamos el eclipse de luna que se pudo ver en Chile y en otros países más de todo el mundo. Mientras mirábamos cuando la luna estaba totalmente cubierta, y después poco a poco se iba despejando dejando un tono amarillo-anaranjado fuego, el Tata (el mismo tio Guillermo) me contaba sus recuerdos de niñez, como cuando un día con su madre mientras iban a casa de una señora por la noche, se fijan en la luna y ésta estaba tan roja como sangre, era un eclipse de luna. Mientras mirabamos al puerto de Valparaiso, el Tata me regaló un viaje al pasado, a ese pasado que es suyo pero que lo revive cuando hay alguien dispuesto a escucharle. Un escritor dijo que los viejos viven de los recuerdos y los jóvenes de la esperanza del futuro. Bueno, esa noche hubo un complemento de ambos en la misma persona, porque el tio no solo me contó cosas del pasdo sino que también me expreso sus deseos y esperanzas de lo que es la vida espiritual. En ese caso, creo que el cristiano tiene esto en su personalidad. En el caso mío, considero que los mejores amigos son los viejos, siempre tienen algo valioso que mostrarnos, nos sirven como faro, o como un apoyo para madurar en la vida. El Tata es uno de ellos. Y gracias a Dios que lo he conocido. (Perdura la cadena de amigos de mi madre...)
**El tata ya no está más con nosotros. Duerme ahora como dijo nuestro Señor "en el sueño de los Santos". Algún día le veremos cuando la Trompeta suene y todos los santos resuciten para vida eterna. Agradezco a Dios que tuve ese honor de compartir con él. Su sonrisa y sus palabras quedan en mi memoria como uno de los mejores regalos que puedo obtener en la vida.
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