Ofrenda de Gratitud

Como dulces sonetos de amor
Que embargan mi corazón
Removiendo mis entrañas,
Y de mis huesos, las médulas,
Haciendo vibrar mis pensamientos,
Cuando en la noche silenciosa
Bajo las estrellas y la luna
Mi voz se eleva en suaves susurros,
Más allá por sobre la tierra
Elevándose por encima del cielo
Viajando en medio de nebulosas y pléyades,
Posando como paloma ante el incensario del perdón.

Mi voz, aunque frágil, se fortalece,
Y ya no suena débil, se oye
En ecos por todo el universo
En suaves pero potentes acordes.
Mi voz, expresa esas palabras
Que tanto desea oír mi Jesús,
Palabras de gracias, de alegría, de amor,
Tal es mi ofrenda de gratitud,
La que elevo cada noche a mi Dios.
Es mi soneto de amor
Que dedico a mi Salvador,
A aquél que me amó, me limpió
Y me redimió.
A Él sea la honra y gloria
Por todos los siglos sin fin.

¡Gracias, Jesús Mío, Mi Redentor!