Con una cuerda de fe

Ha habido momentos en que he sentido que mi vida no tiene sentido y que las cosas que he hecho han servido solo para mostrarme la cruda realidad de mis errores y pensar que soy una persona que no valgo para nada, por lo tanto, no merezco vivir.

Ha habido momentos en que todo el mundo se reía de mis fracasos o me señalaron como el peor de los ejemplos. Me sentí en realidad "el fracaso" pues no pude sobrepasar las expectativas que ellos tenían para mí. No obstante, he aprendido que no vivo las expectativas de otros sino las mías, aquellas que a medida que crezco espiritualmente, Dios me dice qué puntos de mi vida aun necesito pulir para ser una persona mejor.

Ha habido momentos en los que creí que ya no tenía la fuerza para levantarme y seguir adelante, habia decidido que mi corazón dejase de latir y estaba lista para cerrar mis ojos, en un suspiro profundo exhalar mi álito y decir adios a este mundo.

Ha habido momentos en los que me pregunté: ¿Por qué tuvo que suceder eso? Esos porqués muchas veces quedaron repercutiendo en el silencio del momento, silencio que también parecía burlarse de mí. En silencio lloraba, mientras por fuera una sonrisa trataba de iluminar mi rostro.

Pero hubo un momento en el cual lo recuerdo tan vívido, el cual llega a ser el momento más preciado de mi existencia, el momento cuando -menos creí- una sonrisa sincera y una palabra de ánimo sin acusaciones hicieron que mi espíritu desvalido cobrara vida, y como águila estuve lista para emprender vuelo.

No fue necesario escuchar palabras de reproche, la lección ya la había aprendido. Ese momento ha sido cuando renací y creí que por esa razón he llegado a existir: demostrarme a mi mísma que con Dios todo es posible, y que su don de perdón es infinito, que su amor es inmensurable, y que todo lo que he emprendido y no he sido capaz de terminar, aun estoy a tiempo para cumplirlo...

Palabras no existen para agradacer a mi padre Dios Elohím que me dio la fuerza de fe para poder cruzar todos esos abismos aparantemente imposibles de pasar por ellos, para poder caminar por senderos aparentemente impenetrables pues solo piedras gigantes habían, listas para impedirme llegar a la meta final. Sino hubiera sido por él, que se mostró real a traves de una carta o llamada de ánimo de alguna persona, entonces ese momento excelso de redención nunca habría llegado, y jamás habría sentido la dulce bendición de poder sentir cuan maravillosa es la vida.

Gracias a mis amigos y a mi Padre en los cielos, he tenido la fuerza para volver a levantarme y tomar el timón de mi barca.

Y como lo pensé recientemente: "Si crees podrás cruzar el abismo a traves de una cuerda de fe", eso pienso para tí aún cuando pienses que tu miedo es más grande que las fuerzas de voluntad que hay en tí.

No veas las piedras como obstáculos, usalas mejor como medio para construir tu escalera o puente. No veas los problemas como maldición sino como una bendición en los que te harán mas fuerte.


(Dedicado para mi prima Anita, a quien quiero muchísimo. Tu fuiste una de esas personas que con tus sonrisas y tus piruetas infantiles me diste motivo para vivir mientras mi mundo se desbarataba cuando perdí a mi madre... y cuando pensé que lo mejor era darme por vencida. Te devuelvo la mano, querida primita, algun día veras este momento como un sueño,¿Fue real? Y podrás reirte y decir: ¡Eso fue pan comido!)