Olvidé mencionar antes que la primera semana de Julio mi amiga de infancia vino a visitarme. Ya que andaba visitando a su familia en Indianapolis, la invité a que también aprovechara venir más al norte. Fue realmente emocionante verla otra vez, para mí fue gratificante su compañía. Me sentí tan cerca de mi Honduras. Sin olvidar que ella cocinó para nosotros las exquisiteces centroamericanas: pupusas y tortillas, con esos frijoles rojos y el queso totalmente hondureño. Delicioso otra vez!
De paso fuimos a darnos una caminata por Cranbook House and Gardens, un lugar tranquilo,propicio para disfrutar el verano. Es como para tener un momento de distracción consigo mismo, conviene llevar un buen libro y tenderse en la grama listo para sumergirse en un viaje de letras con el ambiente natural de los jardines.
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