En esas cifras se resume nuestro viaje de fe por tierra que hicimos desde el 20 de marzo hasta el 24 de abril. Salimos una mañana opaca desde Wixom, Michigan, y llegamos en un día semi soleado a Shelby Township, Michigan.
El viaje en total es como de ir hasta Tegucigalpa, Honduras y de regreso.
Sí, fue largo. Pero, fenomenal. Inolvidable, espectacular, bendecido e impresionante, y de volverlo a repetir; esto último, sin duda. Es más, que crezca José, cuando ya sea un adolescente, si estamos con vida y Dios lo permite, queremos hacerlo otra vez, queremos visitar de nuevo el Gran Cañón y también otros parques que esta vez no pudimos verlos por el clima.
Al inicio del viaje, una chica que conocí se sorprendió cómo nos atrevíamos a hacer un viaje de tal magnitud, pensó acaso teníamos bastante dinero para los gastos de hotel, restaurante, y con el niño, ¡Ay no!
Nos atrevimos porque somos una familia aventurera, de fe, y como dice mi papi, un poco locos. Pero lo del dinero, honestamente no. Tuvimos un prespuesto, que es lo que costaba un mes de arriendo más los gastos de luz, internet de lo que pagábamos en el apartamento donde vivimos hasta el 20 de marzo. El viaje se puede hacer, solo faltan ganas y despojarse de los "peros" que se interponen en el camino. En algunos lugares pasamos donde amigos y hermanos de la iglesia, en otros tuvimos que recurrir a un Airbnb, en vez de hotel. Nos salía más a cuenta y también más cómodo ya que así teníamos acceso para cocina. Siendo que somos veganos, luego que Ryan tiene una dieta muy particular, no podemos darnos el lujo de andar en restaurantes, y tampoco nos hace falta. Luego, yo quise también eso para poder prepararle la comida a José. Mis deberes de mamá nunca terminaron.
Cuando escucho que me dicen: "Yo quisiera hacer lo mismo", o "¡Cómo me gustaría!"... Pues ármate de valor y dale para delante, porque más vale hacer algo así mientras está vivo que después solo pensar en lo que se pudo haber hecho. ¿Qué tal si te anotas y tú serás la próxima persona aventurera en contarnos tu odisea?
Espero leer tu historia.
Con cariño,
Ryan, José y Priscila
(Monticello, Kentucky)
Emiliano
(San Juan, Puerto Rico)
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